CUMBRE DE LOS PUEBLOS

CUMBRE DE LOS PUEBLOS
SAQUEMOS NUESTRAS PROPIAS CONCLUSIONES Suramérica se está librando una “batalla continental” para resurgir los derechos conquistados por la lucha revolucionaria.

01 enero 2009

LA RECONSTRUCCIÒN DEL TEJIDO SOCIAL

Enviado desde Mexico por:Luis Gabriel Mariño

Esta dinámica compleja que llamamos sociedad, está íntegramente constituida de individuos; hombres, mujeres, niños, niñas forman un colectivo heterogéneo que ha consensuado vivir en un lugar en común. La comunidad de intereses los convierte en sociedad, palabra que denota muy bien el compromiso implícito en el hecho de estar y de pertenecer a un lugar. Nombrando a éste colectivo sociedad, señalamos cómo estamos en estrecha interdependencia los unos con los otros. Lo que acontezca con uno se reflejará en el otro. Esto es una sociedad. Perder de vista éste aspecto fundamental del vivir ha sido el producto –intencional o inconsciente- del desmedido ejercicio del egoísmo. El resultado es un colectivo que mantiene su equilibrio interno basado en antivalores como el miedo, la violencia, y la supremacía de los intereses particulares por encima de los colectivos. Y ni siquiera los resultados negativos de esta formula social son suficientes para provocar un despertar a la búsqueda de las reales causas y de las soluciones profundas. Ni siempre la conciencia, colectiva o individual, vincula las causas con los efectos dejando en el ambiente una sentencia fatídica: “es así, el mundo es así”.

Solucionar implica cambios. Si han de ser duraderos deben tener sustento y ser inclusivos. Si pretende formar valores no puede hacerse de los antivalores para su fin. Nuevas luces despuntan en éste planeta. Nuevos presidentes, nuevas situaciones, nuevas ideas. De las ciencias, preocupadas con la actual situación, han venido explicaciones que apenas comienzan a pernear la sociedad mundial. Lleva tiempo transformar éste conocimiento en acción, en institución. Pero la nueva voz ya recorre el mundo y aquéllos que buscan respuestas a lo aparentemente incontestable están encontrando un inapreciable oasis en éste cambio de paradigma. Ahora, en éste mismo momento, se deja ver aquí y allá la adopción por parte de osados individuos, de super valores acorde no con supuestos especulativos sino de acuerdo a la naturaleza revelada de las cosas por la ciencia. Demostraciones científicas en el campo de la física cuántica revelan a un universo que depende enteramente del individuo en cuestión, destacando así la absoluta responsabilidad por todas las experiencias que como seres humanos vivimos. Aplicado al campo social esto se traduce en que tanto los individuos como los colectivos crean las situaciones que les toca vivir. No es azar, no es destino, es su propia creación.

Datos científicos así lo confirman. Entonces si somos los creadores de nuestras experiencias, eso nos coloca en la sana dicotomía: victimas inconcientes o creadores concientes. Lo interesante de esta perspectiva es que si yo reconozco que cree esta situación “X” tengo también la posibilidad de recrear una situación completamente nueva, de mejor calidad.

Esto nos lleva a otro punto que es de suma importancia examinar: ¿por qué creamos una situación dada?¿que nos lleva a crear dificultades y carencias? y hay dos respuestas: una apunta a la falta de conocimiento por parte de los individuos y la otra nos lleva al difícil terreno del corazón humano, el lugar donde se origina la conducta. Los porqués son innumerables, pero el conocimiento del proceso creativo es necesario. Y a eso se ha dedicado a dar luz otra rama de la ciencia: la psicología con sus múltiples vertientes. Psicólogo no es sólo para locos, de hecho los psicólogos valoran tanto la terapia que dicen que nadie debería despreciarla. Sanar es una palabra clave en la reconstrucción del tejido social porque aunque hoy parezca normal la adopción de fuertes antivalores a una escala tan grande como lo puede ser la social, la verdad es que tiene más a ver con conflictos internos no resueltos expresados a una escala muy grande pero sustentada individuo a individuo que conforma el colectivo. El límite entre la legitima protesta, la que gana justas reivindicaciones en pro de la calidad de vida y la desviación social colectivizada sólo puede ser medido caso a caso a medida que se presente. Pero el hecho ineludible aún en éste contexto y aún en esta escala es la necesidad de dispositivos de curación colectivos. De éste modo enlazamos el intro y el extro, el mundo interno, sin el cual no hay nada, y el mundo externo, que retroalimenta al anterior. ¿Quién dijo que era fácil? Pero es un camino real posible, deseable y tal vez imprescindible si estudiamos la trayectoria que de la sociedad con su antes su ahora y su después…

La sistematización de un proyecto así requiere de estructuras flexibles, no jerárquicas, conformadas como redes que si bien pueden compartir experiencias unas con otras no ameriten subordinación y que su fidelidad sea para cada uno de sus miembros vistos como elementos sociales. La exploración sistemática y colectiva de los nuevos paradigmas puede compararse con la revolución industrial en alcance transformador. Esto claro si, sólo si, el conocimiento es puesto en práctica.

Entregad conocimiento y que por mérito propio, persona por persona, grupo por grupo, comunidad por comunidad se vaya deshaciendo de sus vicios, de sus adicciones. La transformación de la sociedad es la transformación del hombre que la constituye por una vía creativa, inclusiva, constructiva. Ya no es más la esperanza de cambio que vendrá, ni la apatía con la situación social, ambiental, mundial… es el conocimiento puesto al servicio del hombre para su liberación.

Siempre ha habido hombres pioneros calificados de locos por osarse ha aceptar lo que es evidente para todos, pero por contradecir todo lo establecido es negado tajantemente por muchos (recuerdan “¿El Rey está desnudo”?. De éste modo cuando observamos detenidamente el panorama social nos damos cuenta de 1) un cambio es una tarea titánica, quijotesca pero imprescindible y 2) la solución difícilmente vendrá de la misma zona enferma que origina el problema. Nuevas perspectivas son necesarias. Nuevos puntos de vista que den paso a nuevas realidades donde quepan todos y que sean sustentables por su propia fuerza, salud y vigor.

Un conocimiento que genere por si solo nuevos valores de solidaridad, compasión, comprensión, que promueva elecciones cotidianas y mediatas que vayan en dirección a la unidad y la cohesión social, a la armonía entre sus integrantes por motus propio, por conocimiento de causa, por conciencia de la naturaleza de las cosas y los eventos.

Formamos una comunidad y muchas veces no lo sabemos, o nos olvidamos de ello. Un tejido interdependiente. Fuerzas dispersas reunidas en una dirección el bien común ligado al bien individual, valores que permitan asentir de corazón la promoción a cada instante del respeto al derecho ajeno por parte de los individuos que integran la sociedad.